La gente que conoces afecta tu vida.
Las caídas y los triunfos que tú experimentas
crean la persona que eres. Aún se puede aprender
de la malas experiencias. Es más, quizás sean las
más significativas en nuestras vidas.
Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu
corazón, dale gracias porque te ha enseñado la
importancia de perdonar, de la confianza y a
tener más cuidado de a quién le abres tu corazón.
Si alguien te ama, ámalo tú a él/ella, no porque te aman,
sino porque te han enseñado a amar, a abrir tu
corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.
Haz que cada día cuente y aprecia cada momento;
además de aprender de todo lo que puedas aprender,
porque quizás más adelante no tengas la oportunidad
de aprender lo que tienes que aprender de este
momento. No desestimes quien eres. Nunca digas
no puedo o no sé, y si lo dices, recuerda que
tenemos un refugio en el cielo que todo lo puede
y todo lo sabe.
Entabla una conversación con gente
que no hayas dialogado nunca
y actualmente escúchalos y presta atención.
Permítete enamorarte, liberarte y pon tu vista
en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto
porque tienes todo el derecho a hacerlo.
Repítete que eres un individuo magnífico y créelo,
si no crees en ti mismo nadie más lo hará tampoco.
Crea tu propia vida y vívela.
Gracias por haberme dejado algo de ti.
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